Como todo lo que se queda a mitad de camino entre la comedia y la tragedia, la resolución municipal por la que el gobierno local de Andalgalá 'autoriza' bajo ciertas condiciones y exigencias a la agrupación "Vecinos de Andalgalá por la Vida" a participar del desfile de la ciudad, genera vergüenza ajena.Las exigencias y los recaudos que las autoridades municipales plantean a los Vecinos superan el límite de lo ridículo al procurar 'preservar' esa 'actividad innombrable' del repudio manifiesto de sus propios pobladores. Ilustremos con algunos ejemplos:
a).- pueden participar, sólo "los ciudadanos de ese departamento"; no así "foráneos de otros departamentos o provincias" (sic). Siendo un hecho ya de público conocimiento que los efectos contaminantes de la minería a cielo abierto se expande ya por toda la cuenca del Salí-Dulce, atravesando la Provincia de Tucumán y llegando al dique frontal de Termas en Santiago del Estero, las autoridades municipales se cuidan de que vengan 'foráneos' tucumanos, santiagueños, o aún, santamarianos, belichos o tinogasteños a expresar su rechazo a este tipo de explotaciones, expropiadoras de nuestro presente y nuestro futuro.En franco contraste con ese 'celo localista', está demás decir que en ese municipio los que sí son bienvenidos (y literalmente tratados 'mejor que en sus propias casas') son los capitales mineros, (esos sí, extranjeros en serio, que en un flagrante acto de racismo ambiental vienen a destruir nuestro patrimonio natural para seguir alimentando la voracidad consumista de sus sociedades).
b).- Se les permite 'desfilar' sólo a condición de "no emitir slogans o ideas de la organización". (…) "Tampoco podrán portar carteles que contengan leyendas de reacción o contra de actividad alguna". [Sepan disculpar la prosaica redacción del original].Esta condición marca lamentablemente, además de la austeridad intelectual de los redactores, la precaria densidad de la democracia que tenemos: una democracia donde se puede participar, sólo a condición de no expresar las propias ideas; sin lugar para la argumentación; sin lugar para el disenso. Una democracia del engaño, como la farsa del plebiscito que el actual intendente prometió sobre el proyecto Agua Rica, y que jamás cumplió. Una democracia que, como el proyecto minero, se 'desarrolla' bajo la complacencia de los capitales y a espaldas de su pueblo.
c).- En un 'derroche' de picardía, las autoridades municipales han dispuesto que la agrupación "Vecinos de Andalgalá por la Vida" participe el desfile "en primer lugar, orden este que no podrá ser cambiado por organización protocolo" (sic), cosa que pase 'rapidito' y lo más desapercibido posible, para que después la 'fiesta' pueda continuar.Ironía del destino, el propio trayecto que el Municipio dispuso para el desfile se hace 'cómplice' del mensaje que se quiere acallar y muestra alegóricamente el derrotero de los pueblos subyugados por sus propias 'fantasías coloniales': este desfile empieza en la "Rotonda El Minero" y termina "en la entrada del Cementerio". Huelgan los comentarios.
Horacio Machado Aráoz
ASAMBLEA SOCIOAMBIENTAL CATAMARCA - KUSILAUSAY
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